Tenía un escrito previo a éste sobre el mismo tema. Lo dejé a medias, me fui por la vida a vivir. Desde ese día hasta ahora he tenido algunas experiencias que me ayudaron a abordarlo mejor: mujeres, lo femenino. Isis o el arquetipo de la energía femenina.
Me sentía reticente. No quería escribir sobre ello. No por ir en contra de un feminismo mal entendido ni por ir en contra de un tema que ya se hizo muy común; sino porque… sabía que tendría que desnudarme ante mis ojos y así poder ver la oscuridad que porto conmigo.
Oscuridad*
Esto que citaré lo copié del periódico para el que trabajo: “Si Eva sufrió al tener a sus hijos, nosotras las mujeres tenemos que sufrir. Mi marido me pegaba porque me estaba educando”. Son las palabras de una anciana, la nota de prensa trataba sobre una encuesta realizada a mujeres para saber el nivel de violencia que existe en la sociedad. Realmente muy duro que las mujeres de antes piensen así, cuando leí esa cita no pude contener las lágrimas…
La energía femenina ha cargado todo lo que no nos gusta de nosotras mismas, todos esos aspectos que, con el pasar del tiempo, se oscurecieron. Los últimos milenios no fueron fáciles para las mujeres. No voy a decir: “nunca fue fácil ser mujer” porque eso es una vieja creencia. Si es creencia hay que cuestionarla, si es creencia… me pregunto ¿me pertenece? No.
Yo sé que no sólo hablo por mí al expresarme de esta manera, aunque lo queramos negar ¿cuántas veces hemos renegado por ser mujeres? Hace unos cincuenta años era peor y si me remonto hacia más atrás la situación de la mujer era totalmente de abuso, por parte de los hombres y de las propias mujeres. ¿Cuántas mujeres han sentido rabia de ser mujeres?
Lo que negué de mí misma se volvió oscuro… mi oscuridad es femenina, mi oscuridad es parte mía, es parte de mi divinidad y de mi humanidad: hora de aceptar, un poco más, lo que soy. El amor a uno mismo no es ese amor azucarado en el que uno se repite: “me amo, me amo”, el amor a uno mismo es la aceptación total de lo que uno es. La aceptación total va más allá de la autocrítica, del auto juzgamiento, de la culpa.
Y lo voy a repetir hasta el cansancio, incluso si la gente me ve como a una loca fantasiosa: las guerras en este planeta, el poder, en todos sus sentidos, van a desaparecer el momento que la humanidad se ame a sí misma. Y sí, estoy loca, pertenezco al “Paraíso del loco”. Y me prefiero así a ser “normal” o “cuerda”.
Y un poco de digresión antes de continuar, esto es para alguien que posiblemente me leerá: vas a dejar de robar energía el momento que te ames a ti mism@. Este amor del que hablo te llena, te completa, en última instancia, te conecta con lo más divino, lo más puro que existe en ti. Pero para que esto suceda, tienes que abrirte a ti mism@…
Estaba escribiendo sobre las mujeres, continuaré sobre ello.
Mujeres alteradas
Mujeres alteradas es el título de uno de sus libros de historietas de Maitena, la historiestista argentina.
Las mujeres no sólo han sido las víctimas de una sociedad patriarcal a lo largo de la historia, sino que han (hemos) aprendido a abusar, casi de manera pasiva, de los hombres.
Si los hombres portan la energía protectora, penetradora, lógica y servidora, las mujeres hemos aprendido a maltratar justo eso, la naturaleza de la energía masculina.
Mientras escribo esto, recordé lo que alguien me contaba el otro día. A este amigo le denominaré el señor I (no por su nombre, sino por su oficio). El señor I conoció a una mujer que le encandiló, incluso vivieron juntos, pero, me contaba, que la relación entre ellos se estaba desgastando, ella se dio cuenta de ello y acudió a una viejísima manera de retenerlo, a través de los hijos. Se embarazó. Cuando me contó esto el señor I sentí su dolor, sentí a la energía masculina herida. Obviamente muchos hombres se desentienden de situaciones similares, es una sociedad patriarcal, pero me pregunto ¿qué dolor se causarán al desentenderse de un embarazo, cuando una de las características de la energía masculina es la de la protección? Jamás lo había visto de esta manera, hasta este momento…
Si la mujer para retener a un hombre se embaraza es un abuso de ella hacia él, si la mujer ha quedado embarazada por accidente es que no conoce su cuerpo ni el funcionamiento de éste, es una manera de auto abuso. Otra vez, la negación de las mujeres hacia sus propios cuerpos. Esto del conocimiento del cuerpo femenino lo mencionaré después.
Abuso… Las mujeres abusan de los hombres, los hombres abusan de las mujeres. Uno puede ser la víctima y, también, el abusador. Si te roban energía vas a querer recuperarla a toda costa y generalmente si perdiste energía por medio de un robo vas a ir a abusar a alguien para recuperar lo que has perdido y no me refiero al abuso sexual, que es uno de los más agresivos, sino al jueguito de herir, hacer sentir mal a otro u otros. Utilizar a los otros. ¡hay tantas maneras de abuso! Que si sólo me enfocara en el abuso como tal, daría para otro ensayo.
Llevamos heridas energéticas y cuando alguna o algunas circunstancias de nuestras vidas diarias nos recuerdan este dolor antiguo, nos alteramos, reaccionamos violentamente. Hay algunas mujeres mal llamadas feministas que están muy alteradas. Hay hombres que notan que las mujeres están despertando y están empezando a reconocer la hermosa energía femenina que portan y eso los está lastimando y eso, de verdad, los está molestando. ¿Cuántos feminicidios suceden a la semana? La energía masculina está herida.
Es cierto, la violencia solo conduce a más violencia.
El cuerpo femenino
Leo este subtítulo y sonrío. Mi risa es una risa que proviene del reconocimiento de lo complejo que es hablar sobre el cuerpo femenino. Es como un rizoma cuyas ramificaciones se extienden por mil posibilidades.
Muchas mujeres no conocen su cuerpo, es decir el funcionamiento de éste. Muchas mujeres, otra vez, reniegan de sus ciclos menstruales, o se enfocan en lo que según ellas son grandes defectos.
Muchas madres no les enseñan a sus hijas sobre la sexualidad femenina porque, en algunos casos, también lo desconocen, en otros por prejuicios religiosos o morales. El asunto es que las mujeres viven distantes de sus cuerpos. No saben en qué momento del mes están ovulando, es decir son fértiles y en qué momento ya no lo están. Por eso hay embarazos indeseados, inesperados.
Incluso el ciclo menstrual, que ahora que lo conozco mejor me parece una maravilla de la naturaleza, es para muchas mujeres doloroso, por tanto, indeseable; irregular, por tanto, inseguro.
Como no quiero tener hijos desde muy joven he aprendido a conocer mi cuerpo, así con sus irregularidades y dolores, lo aprendí a conocer. Fui donde un ginecólogo y le pedí información sobre el ciclo menstrual. Ahí supe que no todos los días del mes podría quedar embarazada, sino sólo a la mitad de mi ciclo. Si tengo relaciones sexuales sé en qué momento debo ser cuidadosa y usar condón si no uso otro método para no quedar embarazada. Me surtió y lo seguirá haciendo. Las mujeres podrían informarse mejor para programar sus embarazos o para no. Acabo de recordar que una compañera de trabajo escribió una crónica sobre “Cómo comprar un condón y no huir en el intento”. ¡Hay tantos tabúes y prejuicios con respecto a la sexualidad!
Siempre es bueno ir más allá de los prejuicios propios como ajenos, de las reprobaciones propias o ajenas.
He aprendido a amar a mi cuerpo. Los últimos años me he relacionado con él, con sus dolores, sus enfermedades y también su salud. Es como decir que me contenté con un amigo que por mucho tiempo me encontraba enojada. Empecé hablándoles a mis células, a mis órganos, a mi cuerpo en general. Aprendí a tocarlo como me gustaría que lo toquen, (amo romper prejuicios). Amar a mi cuerpo fue un proceso de aceptación que primero atravesó la resignación de lo que según yo eran mis peores defectos.
Ahora puedo declarar con orgullo que este cuerpo mío no me duele cuando menstrúo, tampoco es irregular, está sano y se rejuvenece sin necesidad de recurrir a tratamientos externos. Tengo una comunión, una hermosa comunión con este cuerpo mío. He aprendido a amarlo. Me imagino que las mujeres también podrían hacer esto, claro dejando de lado los miles de prejuicios que se les vino a la mente, mientras leen este escrito.
El amor a uno mismo no es un proceso exclusivamente femenino, sino de los humanos en general.
¿Hablé sobre las mujeres?
Sobre algunas de las características que podrían describirnos, pero no es todo en absoluto. Aunque la energía femenina no es exclusivamente de las mujeres ni la energía masculina sea sólo de los hombres. Portamos ambas energías, pero en cada uno de nosotros predominan una u otra.
El templo de Aliyah**
Aliyah es un nombre muy hermoso. El templo de Aliyah está en mí, lo llevo conmigo como todo el o la que conoce el significado de Aliyah.
Aliyah es Amor a uno mismo. Aliyah es la cura del abuso. Aliyah es la cura.
Este nuevo templo, nadie podrá saquearlo ni destruirlo… como sucedió en un tiempo remoto. No volverá a suceder.
Aliyah es el secreto femenino.
Lo femenino ha cargado con la oscuridad de este planeta. Amarse a uno mismo es aceptarse a uno mismo. Aceptar todo, dejar de luchar o de huir de la oscuridad, sino atravesarla. Darle la bienvenida al Hogar e ir más allá de ella.
Lo femenino es la oscuridad, pero no sólo es eso. Lo femenino es una energía dulce, suave pero de una gran fortaleza creadora y, también, destructora. Si ha contenido la oscuridad tiene la sabiduría para re-conocer la luz. Tiene razón Adamus o Tobías cuando expresan que dios (prefiero llamarle Teo) es más femenino que masculino no sólo porque crea, sino porque es luz y oscuridad, es una energía dulce y amorosa, pero fuerte muy fuerte que no es poder es Fortaleza…
Me sentía reticente de escribir sobre las mujeres, sobre la energía femenina. Le di muchas vueltas a este escrito, lo abandoné varias veces y hoy decidí terminarlo para luego publicarlo.
Soy la flor de lis que como una espada (as de picas) apunta hacia el cielo, teniendo mi corazón acá en la Tierra. Soy un círculo completo. Completo.
*Este escrito es la síntesis de una experiencia que nació de mi lectura La herida de Isis de Tobías. En ese compendio, Tobías afirma que la energía femenina porta la oscuridad. Afirmación que en un principio rechacé, pero quería comprender mejor a qué se refería con eso y estos últimos meses pude entender esa afirmación.
**Este nombre como toda la información sobre las energías femenina y masculina son parte de la Escuela de las Energías Sexuales (SES por sus siglas en inglés) que imparte el Círculo Carmesí como una de sus principales clases y que tuve el honor de haberlo estudiado, profundizado e interiorizarlo para hacerlo parte de mí.