Felinos y caninos

Hace unos días atrás estaba chateando con un amigo. Hablábamos de gatos. En el perfil de esa red social, me encuentro yo junto con Agar, la gata con la que vivo hace ya más de una década. Este amigo dijo en broma que estaba con tanta hambre que se comería a un gato. Una broma un poco absurda, pensé, pero le seguí el juego y salí en defensa de mi amiga felina. Este amigo me comparó con Leonor von Furth (conocida como La loca de los gatos) personaje secundario de la serie animada “Los Simpson”.

‘La loca de los gatos’ expresa su opinión al respecto

No es la primera vez que me comparan con ese personaje televisivo. Luego, mi amigo se disculpó, pero siguió demostrando desagrado por los gatos. “El pis (orín) del gato es muy fuerte”, “los gatos traen ‘enfermedades’”, “ensucian mi bello y cuidado jardín”. Y también dijo que vuelven estériles a las mujeres.

La verdad releo estos ‘argumentos’ y me parecen muy prejuiciosos. Mucha gente detesta a los gatos o a los perros porque han tenido una mala experiencia o varias; y en el peor (o en el mejor) de los casos desconocen cómo es la convivencia con estos animales denominados: mascotas.

Lamentablemente, veo que, también, mucha gente no conoce las reglas básicas de cómo criar un animal que ha sido domesticado. Obviamente el orín de los gatos tiene un olor insoportable, pero para eso existe la arena sanitaria. Los gatos son bien instintivos, desde pequeños buscan un lugar donde depositar sus excrementos y si la gente no les proporciona un espacio lo van a hacer donde sea, por eso desde pequeños hay que enseñarles a usar esta arena.

Realmente me parece gracioso que todavía la gente crea que los animales domésticos traigan enfermedades, si no se los vacuna me imagino que hasta los humanos. ¿Esterilizan a las mujeres? (sin comentarios).

Ahora si se ponen a maullar y hacer escándalos en el bello jardín de este mi amigo, me imagino que esos animales no han sido esterilizados. Son una especie de animales medio salvajes que deambulan en las calles de las ciudades.

Si una persona se hace cargo de un perro o un gato, implica que va a cubrir las necesidades básicas de ese animal, no que lo va a tener a la deriva, es decir que se va a alimentar del aire o va a buscar alimentarse por su cuenta, va a cagar donde sea, se va a reproducir unas cuatro veces al año y todo porque son animales. ¡Claro! Son “seres inferiores, así viven…”

Creo que el momento que el ser humano los domesticó ha creado con estos seres una codependencia y también una responsabilidad para con ellos. ¡Necesidades tan simples! Ocuparse de la alimentación, de crear espacios dentro de la casa para que puedan dormir, otro destinado a su baño, vacunarlos, esterilizarlos. ¿Es tan difícil que el ser humano pueda cubrir estas necesidades tan básicas de un animal al que lo domesticó?

Todavía hay muchos prejuicios con respecto a los gatos. Da para otra entrada que me refiera a las supersticiones de la Vieja Energía, pero aún muy vigentes, con respecto a los gatos negros. Más bien la gente ya no los quema junto con las brujas…, bueno tampoco se queman mujeres tildadas de esa manera, sino Agar y yo ya habríamos tenido otro destino…

La convivencia con mascotas

Hija única que desde niña le encantó relacionarse con animales y también que aprendió mucho con ellos. Crecí y maduré y mi trato hacia ellos también mejoró. De la niña extremadamente cargosa que no los dejaba en paz, me convertí en la adulta que honra al reino animal en general.

Cuando volví a comer carne, después de casi diez años de ser vegetariana, retomé honrando a los animales que han elegido servir a la humanidad como alimento. Los animales están en este planeta para apoyar al ser humano en su evolución. Eso leí en los primeros libros de Kryon y siento que es verdadero.

Metatrón canalizado por James Tyberonn en “Honrar al reino animal” explica el origen de los gatos y de los perros, también de la ayuda y apoyo que ofrecen a los que son sus dueños. Fue ese texto que me inspiró a escribir desde mi experiencia que he tenido conviviendo con perros o gatos.

Cualidades de los gatos y los perros

Quiero concluir este escrito, mencionando algunas características de las mascotas que me parecen sobresalientes.

  1. La aceptación total

Compasión es para mí la total aceptación de todo lo que es como es. Me sorprende la total aceptación que tienen los perros y los gatos por el ser humano. Seres silenciosos que jamás van a cuestionar las acciones humanas.

Metatrón explica que no tienen en su formato mental el patrón de la culpabilidad, como todavía lo tienen la mayoría de los seres humanos; por tanto no culpan al ser humano ni tampoco se sienten culpables. Me parece que como han trascendido la culpa, no juzgan.

Es una gran cualidad no juzgar a nadie. Es un proceso. O sea, es un proceso llegar a aceptar a los demás como a uno mismo. Aprender a hacerse responsables de nuestras vidas y dejar de culpar a los demás es un gran proceso que, personalmente, lo voy realizando desde el 2007. Los grandes maestros que ha tenido esta tierra se han destacado por su inmensa capacidad de compasión.

Insisto: Me sorprende la total aceptación que tienen los perros y los gatos por el ser humano.

  1. Viven en el momento del Ahora

No existe el pasado ni el futuro, todo se encuentra en el presente perpetuo, pero a la mente, nuestra mente humana, le cuesta mantenerse en el presente. “Ay que pesado, que pesado, siempre pensando en el pasado” o en el futuro, así a veces se pone la mente humana: pesada.

Pero si en este momento me expando y dejo de pensar y sólo respiro profundo y me quedo en el presente, el sentimiento es indescriptible. Esa capacidad de anclarse en el presente, también es una cualidad de los animales.

Es cierto, tienen recuerdos, aunque no lo llamaría ‘recuerdos’, sino que sus vivencias se convierten en parte de su instinto: no están en el pasado, pero a veces suelen actuar de acuerdo a experiencias pasadas, como los humanos. Animales que han vivido en las calles y luego han sido recogidos suelen tener ‘traumas’. Van a tener miedo a algún elemento que en algún momento les pudo haber hecho daño, pero no viven en el pasado o en el futuro. Siempre están en el presente, sin culpa.

  1. Ese sentido del Amor

Tal vez cuando vine a este mundo tenía bloqueada la capacidad de amar. Tal vez los resquicios que quedaron de una vida pasada. Podría ser, se me ocurrió ahora que escribo esto. Recuerdo que cuando era niña era muy miedosa y extremadamente tímida. Una niña solitaria que siempre amó la compañía animal.

Tal vez mis perros de mi infancia me amaron tanto que gracias a ellos recordé lo bello que es el amor. Tal vez mis gatos se dieron cuenta que necesitaba crecer y se alejaron de mí y se murieron y cuando ya crecí, reencarnaron en mi gata actual.

Me encanta la relación de amor que tengo con los animales. No hay manipulación, no necesito manipularlos, ni ellos a mí. Mejor dicho, ya no manipulo a nadie, ni tampoco me agrada que me manipulen. Y a veces suelo encontrar eso cuando estoy en pareja.

Las relaciones amorosas son muy lindas, pero luego de la primera etapa donde los dos amantes se pierden en esa clase de amor, empieza, tarde o temprano, una etapa de control, de juegos de poder, de quién jala más la cuerda, de quién tiene el control y quién cede…

La mayoría de las parejas tienen ese tipo de patrón y en muchos de los casos es porque esas relaciones son karmáticas. Hay otras que no se basan en juegos de poder, sino en la soberanía y libertad de ambos, pero son casos muy reducidos.

Con los animales jamás he sentido eso. Por eso, me gusta ese amor: sin posesiones, ni controles, ni manipulaciones. Es muy similar al amor que me tengo a mí misma.