Shaom- bra-a, una vibración y más o menos así sería en la pronunciación en español. “Eso es quien tú eres trabajador de la energía, uno que va hasta lo más profundo de las experiencias, uno que crea. Shaumbra… los que están moviéndose delante en la Nueva Energía de la Tierra”[1]. Tal vez esa sea una de las primeras veces que Tobías menciona y define esta palabra y nos recuerda quiénes somos.
Existen sentimientos muy profundos en la esencia de la palabra shaumbra. Cuando la escuché por primera vez hace ya 13 años me sentí totalmente identificada, ya no quise seguir a nadie ni a nada más. Sólo me interesaba leer los shauds. Apenas conocí a Tobías, llegué un año antes de que él partiera/regresara a la Tierra. Soy shaumbra de Adamus. Hace unos días que siento un estremecimiento juguetón en mi espalda cuando menciono al amado Adamus de Saint Germain.
Hay una energía muy hermosa en la palabra shaumbra, una vibración atrayente y acogedora. Hay personas que se acercan porque la capa superficial es dulce, las siguientes, las más internas pueden ser muy intensas y creo que por eso, muchos se alejan del “no-club de los bufandas rojo carmesí”[2].
Según las estadísticas de Adamus en el shaud de enero de 2021, el 97 % de los que iniciamos esta “familia espiritual” en los tiempos de Tien allá en la Atlántida se han alejado. Sólo quedamos el 3 %, eso a nivel numérico… es poco, pero para Adamus eso no es importante porque en sus palabras estamos cambiando la consciencia del planeta.
Me imagino que el 97 % de shaumbras que partieron, lo hicieron tal vez frustrados, otros enojados, muy enojados. También hubo aquellos con ansias de poder y hay los que todavía necesitan de un dios en quien ampararse, porque todavía no están listos para tener una fe total en sí mismos. Todos ellos murieron y reencarnaron varias veces, como todos nosotros, y de alguna manera esos aspectos que los hicieron alejarse de este no-club, cuando reencarnen y si se vuelven a encontrar con los que se llaman a sí mismos como shaumbra en su camino, lo recuerdan y tal vez otra vez vuelvan a abandonarlo.
[1] Serie de la Nueva Tierra Lección 11: “El Nuevo Camelot”. Pulsa aquí para leer el shaud completo.
[2] No somos un grupo, no somos un club, menos una especie de secta espiritual. Cada uno es un ser realizado. Eso lo tenemos claro. Me gusta usar más la primera persona singular en mis escritos, pero como en este caso mencionaré a gente afín a mí con quienes comparto esta identificación de los “bufandas rojo carmesí” hablaré en primera persona plural.
¿Cómo describiría a los del no-club de los bufandas rojo carmesí?
Somos shaumbras, pero eso no nos quita nuestros defectos. Somos maestros –los que lo aceptan y los que todavía no–, pero eso no nos quita nuestra condición humana.
Hasta hace poco cuando alguien me decía “soy shaumbra” sólo por el hecho de identificarse así lo consideraba sabio. Consciente o no de su realización, pero con más sabiduría que el resto de los mortales, ahora, con la experiencia de haber tratado con tantos y de diferentes países sé que pueden ser lo anterior y además con asuntos humanos, en algunos casos todavía irresueltos.
Pueden ser quejumbrosos, decir por ejemplo “por qué ellos o aquellos tienen más oportunidades que nosotros”. Sí, todavía hay algunos que arrastran carencia de abundancia y eso los hace mezquinos. Hay los difíciles de tratar y otros, por el contrario, que no van a mostrar con facilidad su lado oscuro. No faltarán aquellos que por no herir a los otros van a preferir callar o actuar en la sombra. Están también los soberbios, especialmente los shaumbra más antiguos con los nuevos.
Y, aunque me sorprende, hay los que vuelven a publicar la frase diaria que sale en la página web del Círculo Carmesí en los muros de los grupos de las redes sociales. Yo también lo hago, pero muy de vez en cuando, no todos los días como he visto que hacen algunos shaumbra. Eso me parece una forma de evangelizar y no honrar la realidad de cada quien. Si uno quiere una frase motivadora entra al sitio web del Círculo Carmesí e incluso puede visitar los shauds pasados, no necesitamos que alguien nos lo repita todo el tiempo. Pienso que el Círculo Carmesí no necesita de emisarios. Es lo que pienso, tal vez haya shaumbra que todavía necesitan una frase motivadora para cada día, para mí con la consciencia de la presencia de mi alma me basta.
Ya sé que lo que diré a continuación suena a muy New Age, pero debe ser una de las poquísimas enseñanzas que realmente son verdaderas: TODAS LAS RESPUESTAS QUE BUSCAS ESTÁN EN TU INTERIOR.
Hay shaumbras a quienes considero grandes amigos, sí como familia, que, aunque se encuentren cerca o lejos mi amor hacia ellos es incondicional y eso no va a cambiar. Ellos como otros con quienes charlo, pero no son tan cercanos tienen increíbles virtudes como la gran generosidad mucho más si son conscientes de su abundancia. Valientes muy valientes, he presenciado o conocido por ellos los grandes desafíos por los que atravesaron, pero han seguido adelante pese a todo y por eso se han ganado mi respeto. ¿Las herramientas principales? El amor a sí mismos y la confianza en sus almas.
Y cómo ríen, cómo se divierten. La celebración, la risa y el vino son las características más sobresalientes de los shaumbra. Amantes de la vida, la naturaleza, otros fanáticos de la tecnología y todos sin excepción tienen Karisma.
Podría quedarme hasta mañana si me pongo a describir las tantas otras virtudes que fui viendo en ellos en estos años.
Luz, oscuridad… el tema de la dualidad
El otro día, en una red social un excompañero de la universidad se burlaba de esas personas que se creen “seres de luz”. Criticaba que sólo se jactan, porque por dentro están llenos de problemas. Luz y oscuridad… Quería responderle que todos somos seres de luz y seres de oscuridad. La gente cree que un ser iluminado o espiritual es pura luz. Incluso entre shaumbras existe esta creencia tan antigua, un paradigma que cargamos de nuestras vidas pasadas cuando servíamos a las iglesias. Y todos percibimos esta realidad a través de esta dualidad, especialmente cuando nos encontramos en modo automático.
Tengo aspectos claros, oscuros y los claroscuros, como me gusta llamarlos. Dime, tú, querido o querida shaumbra, ¿cuán consciente eres de tus aspectos claros, oscuros y de los claroscuros? Al fin y al cabo, eso es la realización: permitir la consciencia de todo lo que Soy.
Adamus, en los próximos años, va a dejar el mando del barco en manos del no-club de los bufandas rojo carmesí. Me preguntaba, ¿cómo sería eso?
¿Emularemos la decisión de la Orden del Arco y también nos desagruparemos como ellos lo hicieron? ¿Llevaremos en nuestros corazones por siempre la esencia shaumbra? Tal vez nos vayamos por nuestra cuenta como cuando las escuelas de misterio de Europa llegaron a su fin. Tal vez mantengamos pequeños grupos de shaumbras amigos al rededor del planeta. Suceda lo que suceda, somos y seremos hasta el último aliento humanos maestros.
En estos años de «portar» la bufanda rojo carmesí, también me alejé de shaumbras porque noté en muchos de los casos que todavía abusan de sí mismos y de los otros o tergiversan las herramientas que hemos ido adquiriendo en estos casi 20 años dentro del Círculo Carmesí.
Tergiversaciones como “un maestro está por encima de las burlas”, ¿por qué?, ¿acaso nos volvemos insensibles? Esas fueron las palabras expresadas por un shaumbra, cuando le pedí que dejara de repetir cada que charlábamos que mis acciones se deben a mi signo zodiacal. Se trata de actuar con madurez y de respetar las peticiones de los otros.
Estoy dando mi punto de vista en este escrito, no son verdades absolutas, tal vez para otros shaumbra esto lo que escribo no sea así.
Abuso como: “estoy hastiado de tus aspectos”. Esa frase fue una de las que más me sorprendió cuando la escuché salir de la boca de un shaumbra y ¡había tal verborrea en esa persona! ¿Qué palabras usamos en nuestro día a día? Ésas nos definen, hablan más de nosotros que de los demás.
Desde el año pasado que estoy estudiando coaching ontológico y a los pocos meses que inicié esta carrera tuve una experiencia con alguien que por lo menos hasta ese entonces se consideraba shaumbra que también estudió coaching. Hicimos intercambio de servicios. Esa historia estuvo llena de errores desde la perspectiva profesional del coaching.
¿Qué aprendí de esa experiencia? Estoy hablando como futura coach, sé que los shaumbras ya no aprendemos nada, pero sí integramos y luego destilamos de las experiencias vividas y eso es lo que estoy haciendo.
Lo primero que integré es que una carrera como el coaching no se aprende en un curso rápido de tres meses. No es posible, incluso si somos maestros encarnados. No es posible porque se requiere tiempo para interiorizar y armonizar lo que se adquiere, así como el tiempo que necesité para integrar las herramientas de Adamus y hacerlas parte de mí. Imposible hacerlo de la noche a la mañana.
Confianza fundamentada. No se trata de tener confianza ciega en las personas, esto se aplica con shaumbras como con el resto del mundo. Hay que confiar conociendo las fortalezas y debilidades.
Hay gente que sólo le interesa recibir ganancias económicas, incluso si no ha logrado la experiencia necesaria para ejercer una profesión. ¿Puede ser reemplazada la falta de experiencia con la sabiduría interior? Por supuesto que sí, pero, ¿qué pasa cuando gana la mente con sus creencias y sus aspectos heridos? No se va a tener claro el escenario, eso noté que le sucedió a ese shaumbra coach, no se puso detrás del muro bajo, sólo se empecinó en verme como una amenaza tóxica para su bienestar. No hubo claridad, sino un deseo impulsivo de romper con todo.
En el mundo del coaching si algo no se ha comprendido del todo, ya sea por parte del coach como por parte del coachee se hace preguntas para no caer en malas interpretaciones que después pueden tornarse en conflictos.
Estamos acostumbrados a ver la oscuridad del otro y nos avergüenza mirar la propia. Yo no oculto mi oscuridad ni tampoco me voy a avergonzar de ella. He aprendido a aceptarla y a convivir con ella. Tampoco soy una psicópata que va hiriendo sin ton ni son a los que me rodean, soy muy consciente para hacer eso. Como dije al principio, cuando noto que algo no está funcionando en una relación ya sea de trabajo, amistad o amorosa, prefiero poner las cartas sobre la mesa y en última instancia cortar de raíz.
Aunque, no siempre voy a hacerlo y esto va incluso con shaumbras, si ya hablé de algo que me incomoda con una persona y ésta, pasado un tiempo hace algo similar, ya ni me da ganas de hablar del asunto, simplemente mantengo distancia.
Sensualidad, pasión y la condición humana
¡Qué fácil es deslizarnos por lo automático de la consciencia de masas, qué fácil es ponernos mentales! Todo el año pasado había puesto en pausa mi sensualidad, mejor dicho, miré para otro lado. El día del shaud de enero, cuando pusieron el video de Estas Tonne, me permití mi sentir, profundizar en la música como hace tiempo no lo hacía y mientras estaba en este estado de sensualidad me dije: “tal vez no tenga amigos ni pareja, pero esta capacidad de sentir la vida, sólo por este sentimiento vale la pena vivir”. Aunque, lo confieso, al principio, me costó abrirme a la sensualidad.
Y cuando comenzó Adamus a hablar, mencionó la sensualidad, tal vez fue un susurro que me hizo. Prefiero sus susurros a sus patadas en el culo… ¡Qué sincronía! La sensualidad es la manera de salir de la mente y de la dualidad. Del bien y del mal, de la luz y de la oscuridad y de todos esos temas que son blancos o negros.
Todos somos seres de luz y todos somos seres de oscuridad y los shaumbras no estamos exentos de esto, la diferencia con el resto –posiblemente– sea que nosotros somos conscientes de ello en mayor o menor grado, pero lo somos.
Casi todo el primer semestre del 2020 había perdido el interés por vivir. Fue una charla en un sueño con Adamus que logró que eso cambiara. Qué habré hablado con él, no recuerdo, sólo tengo presente que me llevó a esos bosques al norte de Alemania que suele mencionar en los que pasó sus últimos días de vida.
Después de esa charla que no recuerdo, sólo sabía que tenía que esperar, quedarme en el planeta.
Cuando comencé a escribir este artículo, me preguntaba que dentro de cinco años más o menos Adamus ya no va a estar tan presente como ahora y seríamos los shaumbras los que tomaríamos la posta. Me preguntaba cómo sería eso. ¿Cómo actuaremos? Seremos nosotros los humanos –maestros humanos– los que nos vamos a decir palabras sabias, a veces palabras de amonestación y en otras ocasiones estaremos tan distraídos en nuestros círculos mentales que olvidaremos –por un tiempo– que somos maestros encarnados.
Ir más allá de la dualidad. ¡Qué concepto! Ir más allá de mi dualidad, ir más allá de por ejemplo escribir sobre los shaumbras “buenos” y los “malos”. Me permito la risa. Si no me río de mis escritos, se van a poner pesados. La vida es un gran acto. El otro día un viejo amigo shaumbra, en una cuenta de una RRSS escribió desde su sabiduría algo sobre el gran honor que tiene por los humanos. Ya no recuerdo las palabras exactas. Tampoco tiene importancia, porque ese tipo de escritos son esencia pura. Esas palabras también están en mí, realmente, y lo digo desde mi pasión: ¡qué honor es estar siendo en la condición humana!, ¡qué honor es estar siendo shaumbra!
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