Estas últimas semanas se ha producido en mi interior un cambio muy profundo. Siento paz y una alegría que me susurra que nada importa. Soy consciente. Hay otra parte en mí (mi mente) que espera el momento para atormentarme con pensamientos y preguntas retóricas.
Desde hace unos meses atrás, por decisión propia me mantengo soltera y quiero seguir así. Escribo esto y estoy actualizando el motivo por el que tomé esta decisión. ¿Cuánto de todo lo que crees o piensas es realmente tuyo? Muy poco.
Lo que me pertenece es este sentimiento de completitud. Está sucediendo en el tiempo no lineal una unificación entre mi energía femenina y mi energía masculina. Esa completitud, cuando la recuerdo, me hace sentir compasión. Permitir a los otros que vivan sus experiencias de vida y no interferir.
Puedo amar y disfrutar de los momentos, de esos breves momentos que tengo con otros. Puedo ver, puedo verlos como realmente son y ya no hay juicio. He estado sintiendo libertad, por eso me siento feliz.
Realmente no importa.
En un nivel inconsciente estaba buscando el amor en las parejas que tuve. Es como una hipnosis de la consciencia de masas y/o mía esa creencia de que tengo que hacer una serie de pasos para alcanzar algo. La eterna búsqueda. La eterna añoranza de la iluminación. Ya no necesito buscar nada.
Todo ya ha ocurrido. Ya encontré el amor verdadero. Mi mente se entromete y me dice que si sigo pensando así, me quedaré sola y de repente sentí miedo. El amor verdadero no tiene nada que ver con estar o no estar en pareja.
Puedo salir con alguien, puedo no salir con nadie. Sólo se trata de disfrutar de ese momento.
“Todas tus ex parejas han sido el amor de tu vida”, me decía un amigo en tono de crítica. Lo que él no sabe es que a cada uno lo amé, disfruté de cada momento que compartí con ellos. El amor de mi vida es mi alma. El amor que le tengo es indescriptible.
Soy la nave nodriza que conduce a las otras naves.
Un escrito diferente. Totalmente diferente a los dos textos previos. En uno mencionaba la “historia de amor entre Isis y Adam”. Dos arquetipos que representan a la energía fémina y a la masculina respectivamente. Es parte del material del Círculo Carmesí, un material que tanto me enriquece y por lo que les estoy muy agradecida∗.
Al final se escribió el acto de maestría.
∗ Para más información sobre Isis y Adam se puede visitar la tienda online del Crimson Circle.